Rolando Hernández
MéxicoAgosto 2019
La práctica de Rolando Hernández toma diferentes herramientas desde la investigación de archivos, la curaduría, la escritura, la composición y la producción artística. Desde 2013 es codirector y curador de Umbral, un espacio de proyectos y festival que reúne prácticas interesadas en la experimentación sonora. Desde 2015 dirige la institución artística CCADDASM (Centro de Creación Archivo y Difusión de Documentos de Arte Sonoro en México) que ha creado diferentes proyectos para crear una historiografía alternativa de las prácticas sonoras en México. Como compositor, su trabajo Topializ fue estudiado para la tesis doctoral "Componer la duración de la experiencia musical" de Santiago Astaburuaga y publicado por Frecuencia Marginal. Ha sido premiado con la primera residencia latinoamericana Tsonami Arte Sonoro/Casaplan por su criticado proyecto Basuraleza Muerta Viva. También recibió una beca de mérito para asistir al Intensivo Curatorial de ICI (Independent Curators International) en Alumnos47 (Ciudad de México) Su trabajo ha sido publicado y presentado en lugares, prensas y sellos como : Gauss PDF, Caduc, Parque Temático del Oído, Impulsive Habitat, Tsonami Arte Sonoro, Festival CuatroXCuatro, Labor Sonor,FotoPhono, Fonoteca Nacional, Cha`ak`abb Paaxil/Multiple Tap, entre otros.
Durante su residencia trabajó en Exomológesis: Una historia sobre la contrición. Con el apoyo de Nicolàs Jaar.
Exomológesis: Una historia sobre la contrición
Esta investigación artística toma como punto de interés los rituales utilizados como contrición antes de que existiera la confesión tal y como la conocemos. Uno de ellos, la exomológesis, era un ritual vital de redención. El ayuno diario, el uso de ciertos lugares para sentarse en espacios públicos, el uso de la misma ropa hasta que quedara totalmente inservible, eran algunas de las cosas que se debían hacer como parte de este ritual junto con las flagelaciones, y las oraciones. Uno no hablaba de sus pecados, era más bien un ritual performativo que hablaba por sí mismo. Mi estancia en el estudio de Dar Yusuf Nasri Jacir for Art and Research consistió en desarrollar una obra en la que se escuchara todo el proceso de Exomologesis como si se tratara de una confesión. Creé diferentes rituales corporales que recrearan esa atmósfera, así como el uso de diferentes referencias a la confesión como Tomás de Kempis y San Agustín y oraciones de contrición. El uso del sonido como material fue para reforzar la idea de estar en un estado de reclusión. Un estado performativo para ser escuchado. Fue una gran oportunidad para empezar a crear otras formas en las que el sonido puede ampliar sus posibilidades para hablar de otras historias, así como para pensar en otros contextos de exposición. No veo esto como una música para un tiempo musical. Es más bien una música que necesita un espacio contextual para estar en el tiempo. Esto pretende presentarse como una exposición dramatizada con el mismo título en el año siguiente. Incluirá la creación de más obras, como fotografías, objetos rituales y dos actuaciones de larga duración.
